lunes, 20 de junio de 2011

Crónica de una muerte anunciada

Cuando digo que todo lo que empieza acaba, no estoy descubriendo la pólvora. La vida está compuesta de ciclos que, como es lógico, tienen su inicio y su final. Lo complicado es controlar los tiempos, saber cuándo y cómo debe finalizar algo.

El problema de los ciclos es todo lo que sucede el tiempo que dura cada uno de ellos. Como decía aquel famoso anuncio de televisión, nacen, crecen, se reproducen y mueren. Si activo el pensamiento optimista podría decir que he tenido la fortuna de vivir uno de esos ciclos, aunque si el pesimismo hablara por mi, diría que he tenido la desgracia de vivirlo. Intentaremos quedarnos con lo positivo, aunque no sé si durará mucho tiempo.

Los inicios son ilusionantes, el aprendizaje ocupa todo el tiempo, conoces personas diferentes, sorprendentes, estrambóticas o algunas que sin darte cuenta, te acompañarán hasta el final del ciclo. Nadie dijo que tuvieran que ser sencillos, todo lo contrario, en ocasiones si se soportan las primeros contratiempos, la cosa promete. Y así ocurre.

Poco a poco te acomodas, aquello que antaño te sorprendía empieza a convertirse en monotonía, en un "déjà vu" en el que la única opción que nos queda es mantener la mente fresca y tratar de ver lo que no viste la vez anterior. Algo así como una segunda oportunidad para perfeccionar lo que en su día ya creíste perfecto.

Pero la cosa sigue, y se repite... y se repite, como si los días y las horas no avanzaran,...y vuelve a repetirse.  La ilusión y la comodidad se transforman en desgana con pequeños destellos de esperanza, cada vez más lejanos y difusos. No quieres escuchar ni un solo pero a nada de lo que digas, aunque en el fondo siempre te hacen sentir que lo que dices no vale nada. Y puede ser, pero al final, el que está aquí, el que vive las situaciones y las experiencias eres tu, y no otros a los que en muchas ocasiones no has visto ni la cara.

Y ahí, cuando tanta gente ha pasado y se ha marchado, cuando has conocido a tantos en muchas situaciones diferentes. Cuando eres tu, el que quiere terminar el ciclo y ves que todo aquello por lo que luchaste se desmorona te planteas cuál es la mejor forma de seguir adelante. Morir matando o huír de la situación como un cobarde, como si de los primeros movimientos antes de un gran terremoto se tratara.

No me apetece esconderme debajo de una mesa y salvar toda esta situación. Tengo ganas de abandonar, de buscar cosas que realmente me vuelvan a llenar, como en los inicios de un ciclo que fue duro pero reconfortante y que en la actualidad me da de todo menos sentimientos y sensaciones positivas. Siento que todo aquello por lo que luché, se está muriendo, lo están matando y no hay forma de recuperarlo.

1 comentario:

  1. Ánimo niña, como bien dices, la vida es una gran maestra, y a la vez un poco incisiva. Nos pone baches constantemente y nos somete a la prueba de si seremos capaces o no de solventarlos. Yo sí te veo con capacidad para solventar los baches que encuentres en tu camino. Y ya sabes, todos los cambios son siempre positivos, aunque en un primer momento no alcanzemos a ver la claridad.

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