lunes, 27 de febrero de 2012

De la creatividad a la desesperanza

"Un hombre creativo es un niño que ha sobrevivido" es la cita que una amiga me ha descubierto recientemente y que refleja el estado en el que se encuentran esos más de cinco millones de parados que convierten a España, según refleja la web de Rosa María Artal, en el país industrializado con mayor tasa de paro. Unas cifras abrumadoras que dejan pocas perspectivas de futuro a los que por suerte o por desgracia formamos parte de esa larga lista que en pocos días podría ser aún mayor, o no.

Lo que nos queda es la creatividad y la valentía para afrontar nuevos proyectos, sacar de la chistera ideas maravillosas que sorprendan al gran público, reinventar la profesión y, en una pequeña proporción, la esperanza de que las aguas vuelvan a su cauce y estar como hace cuatro, diez o veinticuatro meses, al fin y al cabo, eso nos garantizaría mayor seguridad económica.

Hasta que eso llegue, ¿qué tenemos? Actuar como analistas chupando televisión, periódicos y radio pensando cómo lo hubieses hecho si te encontrases en la situación de ese redactor que trata los temas de moda. Hoy, las grandes estrellas son Urdangarín, la gala de los Oscar y José Bretón, llenando programas enteros y generando las más diversas opiniones.

Mi análisis para este lunes es que mejor empleo mi tiempo en pulir una idea que ronda mi cabeza que al menos me servirá para sentirme útil y no creer que pierdo mi tiempo sentada delante de la caja tonta, ante un ordenador dejando pasar letras y letras ante mi atenta mirada o viendo una foto en Twitter de la redacción del diario Público completamente vacía. El mismo vacío y desesperanza que siento desde que la vi.

sábado, 25 de febrero de 2012

Mail Delivery Subsystem vs # y @

Lo bueno de tener tiempo libre y un nuevo smartphone es que estoy aprendiendo a utilizar una red social que era totalmente desconocida para mi, ahora los símbolos @ y # tienen nuevos usos aunque debo reconocer que aún me cuesta acostumbrarme y la mitad del tiempo no se lo que estoy haciendo. Las nuevas tecnologías son así y mi smartphone también, vienen sin instrucciones con el objetivo de que pases medio día intentando descifrar cómo enviar un mensaje a un contacto que ya no sabes si está en la SIM, en el FB o en MSN, o bajándote todas las aplicaciones gratuitas existentes en el 'Market de Android'.

El resto del día lo paso revisando los correos que no dejan de llegar, todos ellos con el encabezado "Mail Delivery Subsystem", ¿cómo puedo odiar tanto a la persona que decidió unir esas tres palabras para mandármelas en todos y cada uno de los correos que recibo? Ese parece ser mi sino, correos que no llegan y oportunidades que se diluyen como un azucarillo en un vaso de agua.

Pero que no cunda el pánico o como decía El Chapulín Colorado "que no panda el cúnico" que no tendré oportunidades laborales pero a este ritmo podré añadir en mi curriculum vitae que soy toda una experta en Twitter, aunque algo me dice que no será la capacidad que más valoren de mi, a no ser que haga como ciertas estrellitas mediáticas que cuentan todos y cada uno de sus pasos en mensajes de 140 caracteres plagados de símbolos y nicks. Por cierto, al que le interese @BenitezLou, ¡qué cosas!

viernes, 24 de febrero de 2012

Siempre nos quedará Anís el Mono

Dos meses después vuelvo a sentarme en la silla en la que pasé tantas horas delante del ordenador. Dos meses después vuelvo a escribir, pero esta vez, no para que lo lean otros sino como terapia para expresar todo lo que me pasa por la cabeza.

Durante este tiempo he tenido que escuchar cómo muchos me preguntaban si estaba arrepentida de la decisión que tomé y mi respuesta es siempre la misma: No. ¿Cómo estar arrepentida cuando has aprendido tantas cosas? ¿cuándo posiblemente por primera vez en mi vida me he valorado y, por qué no decirlo, me han hecho ver que sirvo para esto? Que las cosas no salieron como me hubiese gustado es evidente, pero lo es más que la coyuntura actual me pasó factura y no fui la única.

El mismo día en el que se ha anunciado el cierre de un periódico de tirada nacional y que las cifras de parados en el sector suben como la espuma, me planteo si merece la pena mantenerme en mi empeño de encontrar algo que se ajuste a mis conocimientos y a mi experiencia.

Han sido dos meses de buscar a diario en Internet, enviar cientos de curriculum vitae, buscar ofertas de trabajo pero la conclusión es siempre la misma, el silencio. Nadie responde y te queda la sensación de que este tiempo 'en blanco' podrías invertirlo en darte golpes contra una pared dura como el acero, nadie te va a parar porque a nadie le importas.

En medio quedan opciones de formación, no las deseadas porque esas se escapan a cualquier maltrecho presupuesto, pero sí como me dijo un amigo, servirá para coleccionar etiquetas de Anís el Mono. ¡Y qué remedio! Al menos tengo la suerte de que algún centro de formación sí se digna a contestar mis correos.